Hubo un tiempo en el que sí escribí semanalmente y en esos días, yo me esforzaba constantemente en mi vida cotidiana para capturar esos momentos y pensamientos pasajeros que servían de combustible para las entradas del blog. De cierta forma, me obligaba a observar y apreciar todo a mi alrededor.
Aprovechando el anécdota y la temporada de nuevos propósitos, hablemos de los hábitos. ¿Por qué parece tan difícil cumplir con los propósitos de año nuevo, romper con las malas costumbres, crear un nuevo hábito y sobretodo mantenerlo? Pero más importante aún, ¿Cómo podemos lograr respetar esos hábitos y metas? Para mí, las claves son tres:
Constancia.
¡Pues claro! ¿Cómo esperas que algo se vuelva parte de tu vida si no eres consistente y regular con ello? Hazte el tiempo, define horarios y respétalos! Para ello la…
Disciplina.
“Ah, hoy me da flojera ir al gym… Iré mañana.” Y mañana te salió un compromiso importante, y el día siguiente tuviste que hacer un mandado importante y así, ya nunca fuiste el gym. Si te propones algo que hacer… ¡De verdad, hazlo!
La motivación es un elemento importante para la construcción de un hábito, pero esta no se debe basar solamente en la motivación. La motivación se acaba, se nos van las ganas de hacer algo y entonces fracasamos.
La disciplina, en cambio, no es placentera, pero es la persistencia de esta la que fortalece y fija los hábitos. Es como cuando se aprende a tocar un instrumento, por ejemplo. Habrá días en los que uno se sienta inspirado, que la música fluye a través de uno y ese día uno va a las lecciones y toca con todo el amor del mundo, y ni se siente el esfuerzo. Pero hay días en los que no se quiere ni pensar en música ni mirar siquiera el instrumento. ¡Estos son los días que hacen la diferencia! Si uno tiene la disciplina y el dominio propio para levantarse y practicar el instrumento, aún con cero motivación, la batalla está ganada. Son estos los días en los que uno debe recordar cuál y porqué es el propósito.
Tienes que ser duro contigo mismo. Pide ayuda a tus amigos o familia para cumplir tus metas y compromisos.
Objetivo.
Caminar sin un rumbo fijo es una pérdida innecesaria de energía. Es como milochomil veces más fácil cumplir con tus acuerdos si constantemente tienes presente tu meta y tus razones para llegar a ella. Haz un tablero con recortes de lo que vas a lograr, repítelo todas las mañanas frente al espejo o haz lo que tengas que hacer para que ese porqué esté grabado siempre en tu consciente. ¿Cómo esperas llegar si no sabes a dónde vas?
Dicen que los hábitos se crean después de veintiún repeticiones. Deja de sentir lástima por tí mismo, para de procrastinar y ponte a trabajar. Recuerda que tus propósitos son tuyos y de nadie más.
Gracias por leer (: Hasta la siguiente semana...